En una escuela, los resultados dependen de las personas y de las interrelaciones entre las personas. Por eso, un movimiento hacia una mejor calidad del proceso educativo requiere del involucramiento activo de todos los agentes implicados.
No basta con que todos participen. Deben hacerlo en equipo. El trabajo en equipo hace que se tomen decisiones y se trabaje sobre ellas. El equipo se complementa, se forma y se refuerza.
Los equipos deben identificar el problema, conocer sus causas, diseñar soluciones y buscar nuevas formas para lograr niveles aún mayores de resultados.
Todos los problemas de una escuela son susceptibles de ser atendidos a través de equipos de trabajo, o círculos de calidad. La condición es que haya mecanismos continuos de comunicación entre equipos, y un apoyo constante y estimulante de parte del director de la escuela.
Una escuela debe convertirse en una comunidad educativa en la que participen activamente alumnos, padres de familia y miembros de la comunidad. La calidad educativa les concierne a todos. No son los docentes los únicos integrantes de una escuela.
Opinión.
En este capitulo al igual que el anterior me gustaría relacionarlo con la lectura de Peter Mortimore, donde enumera los once factores para las escuelas efectivas, los cuales son sin duda, la conjunción de esfuerzos de los maestros, alumnos, padres de familia y miembros de la comunidad dentro de las escuelas para lograr una calidad educativa, ya que ésta depende de todos y es importante que todos colaboren para alcanzarla.
Schmelkes S. (1995). La calidad depende de todos los que participan en el proceso. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 55-64). México DF., SEP.
Schmelkes S. (1995). La calidad depende de todos los que participan en el proceso. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 55-64). México DF., SEP.